Wednesday, May 9, 2012

La Izquierda y La Derecha

La Izquierda y La Derecha


Voy a hacer una declaración polémica: Me identifico más con la derecha que con la izquierda.

Decir eso en este país lleva casi automáticamente a los conceptos de "facho" "falcon verde" "anteojos raybans" "bigote" "dictadura" "asesinato" "terrorismo de estado" y "picana".

Es una lástima cómo, de más en más, estos conceptos que deberían ser graves y manejados con delicadeza, están al alcance de la mano, permitiéndole a cualquiera aplicarlo a quien quiera con total impunidad y hasta cierto heroísmo.

Señores, yo me identifico más con la derecha que con la izquierda y sin embargo no soy asesina, no soy ladrona, no discrimino a nadie, no odio a la izquierda, no desoigo sus voces. Estoy en contra de la censura (para uno u otro lado) y la dictadura argentina tanto como el holocausto y cualquier otro tipo de opresión de masas me parece aberrante y lamentable. No pienso que "acá hubo una guerra" y estoy totalmentede acuerdo en que el gobierno militar se extralimitó en sus funciones negando los derechos humanos y garantías de los ciudadanos a los que debía proteger, fueran delincuentes o inocentes, opositores u oficialistas.

Estoy de acuerdo con los planes sociales y contribuyo con gusto, siempre y cuando estén acompañados de políticas sociales de educación y reducción en número de los sectores que lo necesitan, así como un control de su destino, uso y mantenimiento.

Asociar la derecha a la maldad me parece tan infantil y simplista como asociar la izquierda con las molotov o la facultad de filosofía y letras. Pero también me parece muy inocente asociar la derecha con "la oportunidad de crecimiento en función del trabajo" y la izquierda con "la utopía mártir de un mundo mejor en el que todo es de todos".

Pongamos las cartas sobre la mesa de una vez, dejando de lado maniqueísmos obsoletos e inútiles, y démonos cuenta de por fin que la izquierda y la derecha se han acercado mucho. La izquierda (como no es la primera vez en la historia), se ha servido de un discurso político-liberal para tomar medidas autoritarias mientras maneja negociados dignos del neoliberalismo, mientras que la derecha se ha moderado más en una alternativa a esa falsa (o "nueva") izquierda. Izquierda y derecha ya no son dos polos de un espectro cromático sino que se constituyen, entremezclan y a veces se invierten en un gran centro.

No creo que las empresas deban tener total libertad. Quiero una YPF nacional y me parece totalmente necesario un control y participación del estado, siempre y cuando esa participación sea para proteger los bienes nacionales y no ser cómplices de su vaciamiento (En seis letras: TBA, YPF).

Y entonces ante la pregunta de "¿Por qué ( - Magui - )? ¿Por qué decís que te identificás más con la derecha que con la izquierda si claramente estás proclamando valores de paz, libertad, igualdad, justicia?", la respuesta es que, justamente, no creo que esos valores se deban asociar exclusivamente a la izquierda. Creo que la izquierda perdió, en la práctica, esos valores y la derecha los ha a adoptado o recuperado.

Dado que tanto izquierda y derecha no son valores absolutos (nunca lo fueron) sino flujos cambiantes, movimientos pendulares (en los que la política argentina es experta, al igual que en los ciclos críticos decenales) que impiden hacer una disección quirúrgica entre uno y otro.

Las decepciones que me han generado los gobiernos de pseudo-izquierda (llámense peronismo, kirchnerismo, cristinismo o como quieran - que será otro gran debate aparte -) no me dejan opción otra que apostar a mi propia individualidad, a mi progreso personal (dentro de la ley, sin pisar cabezas ni dejar de añorar una igualdad social, política, educacional, legal y sanitaria). Ya no les creo el discurso de "somos todos iguales" o "queremos que todos sean iguales" porque sus actos demuestran otra cosa. Esto tampoco significa que haya caído en el "sálvese quien pueda" neoliberal. Pero hoy en día descreo de las instituciones y los discursos oficiales, y en lo único en lo que puedo confiar es en mi trabajo, mi cerebro y mi cuerpo. Y eso lamentablemente me acerca más a una subsistencia capitalista que socialista. Yo podría decir: Soy una persona que cumple la ley, no roba, no mata, estudia, trabaja, paga impuestos y multas, vota, y no tengo ningún tipo de apoyo o reconocimiento por parte del estado, lo cual sería bastante individualista ya de por sí. Pero ese no es el problema: si el estado no se ocupara de mí por ocuparse de los que realmente lo necesitan, estaría perfecto. Pero no: Yo quiero que mi plata vaya a los que lo necesitan, quiero que mi plata y mi trabajo hagan funcionar al país de una mejor manera, quiero que mis impuestos achiquen la brecha social, pero ¡tampoco pasa ésto! Ellos se quedan con esa plata, se cagan en la pobreza y no sólo eso sino que la fomentan. Al final lo que tenemos es un gobierno (o varios, vamos a decirlo así) que se cagan tanto en los pobres como en los de clase media y ricos. En los delincuentes tanto como en los inocentes.

Y sería muy redundante ya ponerse a hablar de las actitudes fascistas de la autodenominada izquierda (desde el comienzo del IIIº Reich hasta hoy). Las falsamente llamadas "conferencias de prensa" que no admiten preguntas, los ataques a la prensa, los actos heróicos populistas, la censura, los estadios llenos para no anunciar nada y autocoronarse inmortales (aunque en el discurso digan lo contrario), la deificación de dirigentes y fallecidos, las banderas, los dedos en las llagas de los desaparecidos o en las Malvinas Argentinas.

Señores: Ésta izquierda, que no es tal, no me deja opción que refugiarme en la derecha, que tampoco es tal.

Introducción

Bienvenidos. Antes que nada quiero agradecer su cyberpresencia y hacer una breve introducción con algunas consideraciones.

1) Si tienen algo mejor que hacer que fermentar frente a un monitor, como salir al aire libre, tener sexo o ensayar con una banda, vayan a hacerlo y vuelvan después. Para la compu siempre hay tiempo.

2) Este blog no es temático ni monocromático. Puede haber pelotudeces o cosas serias, temas banales o "de interés", lenguaje soez, ordinario, académico o refinado.
Y como dijo Forrest Garomp: "La vida es como una caja de porros: nunca sabés el que te va a pegar."

3) La frecuencia de escritura va a ser aleatoria, emparentada directamente con mi canto de pelotas de hacerlo.

4) Quiero agradecer a Twitter por enseñarnos a desinhibirnos, y también a la política de "seguridad cybernética" totalmente castradora de mi lugar de trabajo por bloquearme el 80% del contenido de internet llevándome indefectiblemente a escribir este blog ya que no tengo otra forma de entretenerme entre tarea y tarea.

5) Quiero adelantarme a ciertas personas adeptas a la confrontación compulsiva aclarando que si en algún momento escribo "tal cosa es una mierda" o "tal cosa es una masa", estoy dando por entendido que esa es mí opinión y no un hecho fáctico y definitivo. Acepto y respeto otras opiniones y estoy abierta a debate sobre cualquier tema siempre y cuando sea respetuoso y con argumentos válidos. Creo en mis equivocaciones y errores, y de ninguna manera estoy convencida de que todo lo que pienso o hago es correcto. No me interesa involucrarme en discusiones agravantes o basadas en premisas falaces. Si en algún momento olvido anteceder el "yo pienso que...." a alguna declaración, quiero que esto quede claro, como una especie de clave musical que permite obviar los sostenidos o bemoles. En alguna que otra ocasión accederé al becuadro de cortesía. (Si no entendieron la metáfora aprovecho para sugerirles que estudien música si es algo que les gusta. Estudiarla puede ser un placer casi igual al de escucharla).

6) Por último quiero advertirle a mis familiares y allegados que pueden encontrar en este blog información, pensamientos o forma de expresión/humor que podrían resultarles chocantes o desagradables. Si es así lo lamento, no me lean.